En Canadá, no conducir un auto es ser ciudadano de segunda clase. Todo el mundo tiene autos. En plural. Y camionetas. El tamaño de las camionetas que ruedan por Toronto se debe parecer mucho a las fantasías eróticas del campo argentino. Termina siendo una exageración tanto vehículo, en parte, porque llegan a un punto en donde nadie camina nunca a ningún lado.
Derecho a sufrir
Derecho a sufrir
Derecho a sufrir
En Canadá, no conducir un auto es ser ciudadano de segunda clase. Todo el mundo tiene autos. En plural. Y camionetas. El tamaño de las camionetas que ruedan por Toronto se debe parecer mucho a las fantasías eróticas del campo argentino. Termina siendo una exageración tanto vehículo, en parte, porque llegan a un punto en donde nadie camina nunca a ningún lado.