El post de ayer era más largo. Incluía un delirio de mi cerebro, pero no entraba en el espacio que se me asigna amablemente, así que saqué el delirio... lo guardé. Porque una escritora que se precia de tal, jamás borra un delirio. Lo deja macerar en su mente hasta que se convierte en algo, aunque no coherente, al menos legible. Y lo que en tiempo normal hubiera tardado de 3 a 7 días, en cuarentena alcanzó con unas 12 horas. Ahí va.
Día 17
Día 17
Día 17
El post de ayer era más largo. Incluía un delirio de mi cerebro, pero no entraba en el espacio que se me asigna amablemente, así que saqué el delirio... lo guardé. Porque una escritora que se precia de tal, jamás borra un delirio. Lo deja macerar en su mente hasta que se convierte en algo, aunque no coherente, al menos legible. Y lo que en tiempo normal hubiera tardado de 3 a 7 días, en cuarentena alcanzó con unas 12 horas. Ahí va.