La arena en la playa de Wasaga es tan fina que, en seguida, te recubre con una capa y ni siquiera te das cuenta. Pero es gris. Suave y gris. El agua del lago Hurón está tibia y, sobre la orilla, tiene unos pequeños remolinos de algas que se acaban al dar unos pasos. El fondo del lago es de olas diminutas de arena. Pero, a veces, uno se encuentra un limo pegajoso y blando que es muy desagradable de pisar. Novedoso, pero desagradable. Se puede caminar mucho, pero mucho, sin que el agua suba más que a los muslos. Y, por allá lejos, donde el agua cambia de color a un azul intenso, se adivina la profundidad.
Wasaga Beach
Wasaga Beach
Wasaga Beach
La arena en la playa de Wasaga es tan fina que, en seguida, te recubre con una capa y ni siquiera te das cuenta. Pero es gris. Suave y gris. El agua del lago Hurón está tibia y, sobre la orilla, tiene unos pequeños remolinos de algas que se acaban al dar unos pasos. El fondo del lago es de olas diminutas de arena. Pero, a veces, uno se encuentra un limo pegajoso y blando que es muy desagradable de pisar. Novedoso, pero desagradable. Se puede caminar mucho, pero mucho, sin que el agua suba más que a los muslos. Y, por allá lejos, donde el agua cambia de color a un azul intenso, se adivina la profundidad.