Saga de la maternidad y otras aflicciones: Volumen V
En la línea con el post anterior, es muy importante para la mujer parisina volver a ser mujer además de ser mamá. Volver a la vida social, profesional y funcional.
Aunque suelen tener más hijos, cuentan con una cosa a favor: los tienen más temprano en la vida. Así que las focas españolas de 39 años primerizas, que reciben un enorme plato de paella post-parto como primer paso hacia la recuperación, palidecen ante los rápidos avances de las focas jóvenes francesas, con dos niños ya metidos en el sistema escolar público y diez sesiones de kinesiología vaginal.
Leíste bien. Parte del éxito de la recuperación de las mamás francesas viene de la realización (casi obligatoria) de muchas horas de ejercicios de reeducación y tonificación del suelo pélvico. Una especie de sesiones de kinesiología donde una sage-femme se dedica a controlar con una máquina o sus meros dedos de mujer buena y sabia, que tu musculatura interior puede hacer movimientos espasmódicos aleatorios.
Hasta que tu suelo pélvico no es capaz de hacer un nudo marinero con el tallo de una cereza, no te dan "el alta". Y así, se aseguran mujeres sanas, que no se hacen pis ante el primer estornudo de la primavera y que pueden (y quieren!) seguir haciendo y teniendo niños con felicidad. También tenés acceso a 10 sesiones de recuperación abdominal, para cubrir el exterior también.
Quieren hablarme de feminismo? Feminismo es ir a kinesiología vaginal (en francés!) e intentar hacer que "una suave ola recorra la cueva" con las paredes de tu vagina, mientras la matrona mira al techo o por la ventana (el contacto visual sería sumamente incómodo en ese momento) y asiente o niega con la cabeza.
Súmenle a eso que, durante muchas sesiones, yo confundí la palabra "vague" (ola) con "sac" (bolsa) y entonces estuve haciendo que una bolsa volara por el interior de mi cueva. Estilo American Beauty. Vaya a saber qué pensaría la matrona de esos movimientos. Un succès, dirían los franceses.