Menos
Hace un tiempo, estábamos charlando por zoom con mis amigas ex-Estambul. Una estaba en Chile, otra en Italia, otra en Alemania, y yo, desde Canadá.
De pronto, Italia dice "Paren, chicas! Ahora sigo, que se me está volando la sombrilla". Chile, con su fina ironía, dijo "White people's problems" y todas nos reímos porque sí, éramos mujeres blancas y estábamos hablando por zoom a las 10 de la mañana de un día de semana, en la comodidad de nuestras casas.
Me acordé de esta escena en estos días, cuando leí un artículo de una chica que sigo en redes y que me gusta mucho cómo escribe. Es maternal y cruda y filosófica. Pero ésta vez, me llamó la atención la foto que publicó. Semi desnuda. Cuerpazo. Me metí a leer el post (porque quién puede resistirse?) y descubrí un texto que, aunque escrito con mucha floritura y elegantemente argumentado, bien podría haberse resumido en "Las flacas también sufrimos."
No voy a ir tan lejos como para decir que no sufriste. Después de todo, vos sufrís, yo sufrí y todas las mujeres que crecimos limitadas por un criterio de belleza casi único decidido por el entorno en el que nos criamos, sufrimos. Esto es: Todas. Las. Mujeres. Del. Planeta.
Y si hubiera mujeres en otros planetas, me atrevería a decir que también sufren. Tal vez no son suficientemente verdes. O 7 de sus 8 brazos están flácidos. Quizás sea un rasgo inherentes a nuestra condición de mujer. Sufrir. La autoflagelación estética.
Así que sí. No te voy a decir que no. Tenés razón. Las flacas también sufren.
Pero menos. Sí, menos. Porque estás menos lejos del criterio de belleza que te rodea.
Así como mi amiga, desde su balcón en la Toscana, con un espresso macchiato en una mano y en la otra, la sombrilla que se le volaba, también sufre. Pero menos.
Será que tiene razón Arnold Swarzenegher y tenemos demasiado tiempo libre.