Los riesgos de la libertad gastronómica
La gastronomía impacta en la cultura, o es a la inversa, y la cultura impacta en la gastronomía?
Me dedicaré a ello mientras intento retener el líquido de la prueba de glucosa y no pensar en que tendrán que sacarme sangre dos veces más en lo que resta de la mañana. Y además resulta que “mis venas colapsan fácilmente” dijo la enfermera que, probablemente, se está justificando por su falta de destreza con la aguja y mis venas son perfectas.
Voy a ilustrar una diferencia cultural (y gastronómica) fundamental entre los franceses y los canadienses:
Ida al cine. Cola para comprar los pochoclos (popcorn). Francia.
- No hay pochoclos dulces?
- No, los pochoclos se comen salados.
- Pero en...
- Siguiente.
Ida al cine. Cola para comprar los pochoclos, o una pizza, nachos, chili con carne o panchos. Canadá.
- No hay pochoclos dulces?
- Si, en la góndola de allá.
- Y los salados tienen manteca?
- Si. Pero si prefiere, puede agregarle gomitas, chocolate, confites o alguno de nuestros saborizantes con gusto a barbacoa, vinagre y sal, queso, pepinillo o bacon.
- Un... agua.
Y entonces me dirán, los antagonistas, que Scarlett Johansson abrió una tienda de pochoclos en París, donde los había de todos los sabores. Y yo les responderé que a esa tienda solo iban los turistas, y los maridos con la esperanza de que justo ese día estuviera Scarlett. Y que la tienda duró abierta lo mismo que le duró la cabeza a María Antonieta.
Hay dos valores en juego cuando se encuentran las culturas canadiense y francesa. Para Canadá, la libertad lo es todo. Nadie puede decirte quién sos, ni cómo se comen los pochoclos. Los límites están mal vistos, son antiguos y frenan la evolución del ser humano que, evidentemente, va rumbo a los pochoclos sabor pepinillo.
Para Francia, el valor es la calidad. La calidad lo es todo, aún si en el camino se pierden libertades (como la del ganso) y si el consumidor no puede comer lo que desea en su corazón. Ofrecer y consumir productos de calidad es motivo de orgullo nacional. Y de superación personal. La evolución del ser humano va hacia poco, caro y excelente. El hambre mundial no se resolverá en Francia.