El cajón de los recuerdos jamás contados
Hay historias que no puedo contar. No son secretas ni nada. Se las contaría, mates de por medio, y si los ceban ustedes. Pero cuando intento ponerlas por escrito, salen mal. Quedan demasiado largas, o demasiado dramáticas, o simplemente me pierdo en las descripciones y nunca llego a los hechos. Es una suerte de negación literaria.
Lo que pasa es que cuando escribo un evento de mi vida, lo grabo. Lo guardo así. No sólo para mí, sino también para generaciones de bisnietos que desempolvarán mis libros del altillo de la abuela y se pondrán a leer mis aventuras, si tengo suerte. Imagínense la presión de grabar estos recuerdos para todos y por siempre.
Hay historias que todavía no sé cómo quiero grabarlas por toda la eternidad. No sé si quiero que sean graciosas, o tristes, o que enseñen algo. Y entonces se quedan vagando en mi cerebro, buscando un lugar donde guardarse.
Un día nos caímos en la bici. Mal. Unas personas nos ayudaron y nos acogieron en su casa. Atendieron a los niños y nos llevaron a la escuela en auto. El espejito tenía la bandera argentina, eran de Moreno.
La semana de la tormenta de nieve insoportable sacó la peor versión de mí misma y me encontré empujando un cochecito por la calle, discutiendo a los gritos con los conductores y escoltada por una señora loca que empujaba una valija.
Tuvimos que irnos del show de Jerry Seinfeld antes de que empezara, aunque habíamos pagado una pequeña fortuna, porque me bajó la presión en el pasillo y vinieron los paramédicos y me tuvieron retenida en una salita haciéndome todo tipo de preguntas.
Un día se enganchó la rueda del cochecito en la puerta del tranvía y, si no hubiera sido por la gente que nos sostuvo y nos bajó (literalmente), mi bebe y yo hubiéramos terminado desparramados por el andén.
Ahí están. Un resumen. Todas irán a parar a un nuevo cajón de mi mente llamado "historias a las que solo voy a dedicar una oración por escrito hasta que pueda contarlas oralmente en compañía de una bebida caliente". Suficiente terapia por hoy.