Disturbed
Dos veces sufrí un caso de cerebro de embarazada en estos días. El primero, cuando fuimos a renovar el pasaporte de Matías y me olvidé mi pasaporte. Todo lo demás lo tenía. Las fotitos, los dólares, los formularios. Faltaba mi identidad. Por suerte, la señora fue amable y me dejó ir y volver de mi casa sin sanciones. Y es por eso que M. Alejo no se divorció de mí y también porque, sin pasaporte, probablemente no le hubieran tramitado el divorcio tampoco.
El segundo caso fue cuando vi que venía a Toronto una banda desconocida de la que yo soy fan. Theory of a Deadman. Canadienses. Su época de gloria ya pasó pero siguen sacando álbumes. Me entusiasmé y busqué las entradas mientras preparaba la cena. Antes de finalizar el pago (tampoco eran tan caras, aún siendo canadienses, se ve que no congregaban multitudes) le pedí a M. Alejo que verificara todo. Me dio el ok. Compré.
"Congratulations for your tickets!" Me dijo Ticketmaster y me llenó la pantalla con una foto de una banda de extraños que no eran Theory of a Deadman. Eran otros. Había comprado las entradas para ver a otra banda. Disturbed. Jamás he oído hablar de ellos.
Paniquée y quise vender mis entradas. Ticketmaster me las ponía a la venta sin problemas. Perdía un poquito de dólares. A la mañana siguiente, no se habían vendido todavía pero, en Instagram, confirmé que mi banda sí venía a Toronto y que tocaba CON Disturbed.
Una tarde, camino al supermercado, escuchamos canciones de Disturbed. No sonaban tan mal, así que allá fuimos. A ver una proporción desconocida de tiempo y canciones de Theory, y una banda de la que nunca habíamos oído hablar. Prometedor lunes a la noche.