"Mami, hay una víbora que se está metiendo en un cochecito..." Eso me dijo Matías mientras estábamos de picnic en la playa, el sábado por la tarde. Dije "¿Qué?" y él me repitió la misma frase. Me saqué los anteojos de sol para mirarlo a los ojos. Le pregunté "¿Vos me estás hablando en serio?". Porque yo dudaba, como madre y como ser humano. A veces, los niños mienten, o exageran. Y más, si están rodeados de otros niños a los que quieren impresionar. Pero la cara de Matías permaneció seria mientras me decía que sí, y su cuerpo empezó a temblar.
Creer o reptar
Creer o reptar
Creer o reptar
"Mami, hay una víbora que se está metiendo en un cochecito..." Eso me dijo Matías mientras estábamos de picnic en la playa, el sábado por la tarde. Dije "¿Qué?" y él me repitió la misma frase. Me saqué los anteojos de sol para mirarlo a los ojos. Le pregunté "¿Vos me estás hablando en serio?". Porque yo dudaba, como madre y como ser humano. A veces, los niños mienten, o exageran. Y más, si están rodeados de otros niños a los que quieren impresionar. Pero la cara de Matías permaneció seria mientras me decía que sí, y su cuerpo empezó a temblar.