

Estamos empezando con esas temperaturas que duelen. Yo diría que es a partir de los 10 grados bajo cero. El viento duele en la piel. Los cachetes se te congelan y se ponen rojos. La pera también. Uno habla raro con la pera congelada. Las lágrimas se congelan y los mocos también. Es una etapa hermosa.
Ayer tuve frío porque me negaba a aceptar la realidad de mi salto térmico. El fin de semana estaba en la pileta. Tenía calor. 40 grados de desequilibrio térmico. Pero hoy me abrigué más y mejor. Solo tuve frío en las rodillas porque el doble pantalón lo dejo para lo último, siento que es el gesto de abandono estético final. El punto donde la humanidad deja de reproducirse y muere por falta de interés.
Pero todo este frío me hace pensar en la humanidad como raza. En los lugares que elige para asentarse. No voy a decir que Toronto sea inhóspito, seguro que hay mucho más inhóspito que ésto, pero sí es severamente incómodo durante el invierno.
Acaso fue la pereza la que motivó la elección del lugar? Puede ser que los primeros colonos hayan bajado del barco en las costas canadienses y después de recorrer lo que consideraron un buen trecho, agotados por el viaje y el peso de las ropas antiguas, dejaran sus bártulos en el suelo y él, después de sacarse el sombrero y mirar a la lejanía, se dirigiera a ella para decirle:
- Ya fue, Mary Catherine, nos quedamos acá!
- Pero Michael, -habría suplicado ella- dejamos la sombría y lluviosa Gran Bretaña para buscar una vida mejor. Idealmente con árboles frutales y temperaturas habitables.
- Desempacá, Mary Catherine. Me voy a estafar a los locales.
O quizás venían del Norte. Y cuando llegaron a Toronto, esto les pareció el Caribe y confundieron las orillas del lago Ontario, que en esta época empiezan a llenarse de témpanos, con las soleadas playas dominicanas, por falta de documentación fotográfica.
Sea como fuera, siento que le erraron. Habrían colonizado mucho más cómodamente en otro lugar.
Lamento tu frío, Cynthia! Nosotros estamos en el auto camino a Bariloche, con unos buenos 31 grados afuera. Tu post, además de hacernos reír, nos amenizó el largo viaje!!!!