Bariloche Diciembre 2024 / Enero 2025
Crónica espontánea con mucha menos información útil que las de antes
A Bariloche solo había ido dos veces en mi vida: la primera, cuando era chica con mis padres, no me acuerdo mucho. La segunda, en el viaje de egresados, y tampoco me acuerdo. Y, antes de que me juzguen prematura e innecesariamente, deben saber que no fue por consumo de alcohol ni estupefacientes, ni lo que sea que necesiten las nuevas generaciones para que todo les importe un rábano (como a alguien de 40 años). No sé, hubo otras distracciones y no me acordaba de Bariloche.
Bariloche es imponente. Hermoso. Hermosísimo, agregaría. Es la inmensidad del lago Nahuel Huapi, su color azul profundo de deshielo. Y también la Cordillera de los Andes, mucho más alta e imponente de lo que yo imaginaba, con sus cimas nevadas eternas y sus picos de vértigo. Las playas del lago, el sol poniéndose detrás de las montañas, las mil especies de pinos. La arquitectura alpina, en madera y piedra, con techos de tejas oscuras y a dos aguas, se conserva en gran parte de la ciudad todavía y le da un aire de cuento antiguo. Como Heidi, o Colmillo Blanco.
En fin, me pareció espectacular.
Mi top 5 de las cosas que más me gustaron en Bariloche y alrededores, sin orden en particular:
Playa Oeste (al atardecer)
Cerveceria Wesley (para viajar en el tiempo)
Ferry por el lago (amo la navegación, pero navegar entre montañas es hermoso)
Cerro Campanario (la mejor vista de Bariloche)
Parque Municipal Llao Llao (el mejor trekking hasta el lago)
Además, me enamoré para siempre de Villa La Angostura y volveré a ella en mis sueños siempre que pueda.
Lo que no me gustó: no me pareció que valiera la pena Colonia Suiza, a menos que disfruten muchísimo la tierra voladora. El concepto es atractivo pero la puesta en escena deja mucho que desear.
Otra, el viaje en ferry y la entrada al Parque Nacional Los Arrayanes son demasiado caros y no valen el precio. Es más costoso que subir a la Torre Eiffel. Se ven más y mejores arrayanes en el parque municipal Llao Llao y es gratis.
(Ya no escribo crónicas de viajes porque me quedé sin adjetivos hace muchos años, pero si alguien quiere saber más o mejor, escríbanme un mensaje y con gusto me explayaré)